Luces negras

... Y continuará la fuerza humana destruyendo con excusas de una esperanza falsía; y continuarán lloviendo dulces cristales, reflejos de la luna en noches nebulosas hasta que las estrellas iluminen luces negras.

Cuando los rayos del sol nos congele, cuando la luna nos sofoque intensamente, cuando los ríos se conviertan en caminos y los caminos en pasillo de lamentos, abrazarás el recuerdo para calmar tu delirio.

… Y los ríos tendrán sed de candente verano, sudarán hasta que se evapore la microscópica gota, se agotarán sus pasos y se desvanecerá, intentará seguir después de beberse desesperada, intentará dar un paso más; pero, ¡ya no habrá agua!

Cuando entonces leas versos y observes tus anhelos el suspiro tendrá aromas de áridos desiertos, extrañará tu memoria la lluvia de dulces cristales, necesitará tu alma el abrazo de la fresca luna; porque entonces, solamente serás reo de luces negras.

… Y continuará autodestruyéndose la fuerza humana mientras sus ojos no aprendan a observar el mañana, construirán falsos espejismos para maquillar sus temores, su egoísmo, sus convicciones, su fe ya marchita y solo podrá abrazar el recuerdo para calmar su delirio.

Nada puede ser real sin antes ser fantasía; pero, de la falsía forzada no puede nacer la realidad, solo son excusas que inventa el hombre para sentir que sigue lloviendo dulces cristales hasta que las estrellas le iluminen luces negras.

Héctor Vásquez